Tapear y comer en Morales de Toro es una gozada, si quieres conocer a fondo el pueblo, no debes perderte las diferentes opciones, sus bares de tapeo o los restaurantes para deleitarte con la cocina tradicional de la zona.
El bar La Piscina se encuentra en la Avenida Comuneros, 86. Judit, su propietaria, atiende la barra rodeada de tapas variadas y raciones.
Destacan sus croquetas caseras de jamón o los torreznos tradicionales con cebolleta, ideales para poner el cuerpo a tono en un día de frío, y cuando el tiempo lo permite, puedes disfrutarlas también en su amplia terraza.
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El Restaurante “El Chivo”, es un restaurante de parada obligatoria, un gran referente en la zona, donde puedes degustar la combinación de la cocina tradicional con su magnífica bodega. Déjate aconsejar por su cheff Agustín y su hermana Fátima y disfrutarás de una experiencia inolvidable.
Muy recomendable su Cocido tradicional de los Jueves, pero no puedes dejar de probar, su merluza a la vasca, el cordero lechal, o su besugo al horno de leña, todo ello regado con los mejores vinos de su amplia bodega. También dispone de una estupenda terraza donde sirven los mejores cócteles.
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Continuamos hacia el Rincón del Teso, donde Sergio, Ali o Bea o cualquiera de sus encantadores camareros, nos van a recibir con su amplia sonrisa y nos ofrecerán una amplia carta de tapas y raciones, una rica brocheta de gambas, una gran variedad de tostas o productos típicos de la zona como el morro y los callos.
Muy destacable su extensa carta de hamburguesas y bocadillos, su amplia terraza, y una amplia carta de cocteles.
En este establecimiento, disponen también de servicio a domicilio.
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Seguimos por el recorrido habitual de nuestra ruta, y llegamos al Bar Marujo, donde Olga y Leire nos atienden con el desparpajo que las caracteriza.
Este local posee el encanto de un bar tradicional de pueblo, donde se sirven los auténticos “pucheros de Morales” acompañados de unos riquísimos canapés, calandracas de chorizo, o las típicas cazuelitas de barro con mollejas, oreja y morro rebozado.
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Continuamos en la misma calle y llegamos al Bar Taurino, donde Pancho nos espera con un montón de anécdotas de este pueblo y de su alfoz.
Aficionado al mundo del toro, te mostrará la galería de fotos que acompaña el decorado del su establecimiento.
Te recomendamos probar las gildas y los pinchos morunos, a los que les da un toque excepcional.
En este establecimiento, también por encargo, ofrecen comidas o raciones.
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Situado en la plaza Mayor, antigua panera de la Iglesia de San Juan. Al entrar, podemos embelesarnos con los aderezos tan particulares de este establecimiento, obra de Carlos, su propietario y del buen gusto que le caracteriza.
Dispone de un confortable patio interior donde podemos degustar, unas bravas, pinchos morunos, así como una amplia variedad de tostas y raciones, que podemos acompañar con la infinidad de vinos que llenan su bodega los cuáles también podemos adquirir en su propia tienda.
En la planta alta, se encuentra un amplio comedor, donde sorprenden con su cocina tradicional, carrilleras o rabo de toro, sin olvidarnos de los pescados al horno, o sus postres caseros.
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